Madrileño, habitante en un hogar de familia numerosa ¡diez hermanos! y sin tele...¿será por eso que la imaginación de tantos niños llenaba el escenario de la casa? ¿qué mejor programación?
Entusiasta lector de todo lo que esté escrito y desde siempre, desde Julio Verne hasta los anuncios de pizza o fontaneros a domicilio.
Al terminar la carrera tuvo infinidad de trabajos...y todos le cansaban excepto uno: ESCRIBIR. Y por eso es el oficio que continúa ejerciendo...por suerte nuestra.
Enrique nos cuenta que Abdel es de sus libros el más necesario. Es el único que ha escrito en primera persona y es con el que más se identifica. Enrique se avergüenza de que los españoles tratemos a los inmigrantes como lo hacemos, cuando siempre hemos sido un país de emigrantes. Yo no podía estar más de acuerdo...
Enrique ganó el Premio Lazarillo de creación literaria, desde entonces se dedica sólo a escribir y a dar clases en el Taller de Escritura de Madrid. Qué bonito. Guárdame plaza Enrique que voy para allá! Como dice Enrique..."A escribir se aprende escribiendo; y a vivir, a pensar y a ser libres....leyendo".