Blanco Riad: LOS PEQUEÑOS TESOROS

La historia viene de muy atrás, como las grandes historias de cada uno. Nos creemos que las historias se forjan en un momento y sin embargo son el fruto de mil momentos de inspiración, conscientes e inconscientes, que duran un segundo pero se instalan para siempre.

La sensación de sostener la vida con mis manos y sonreir mientras me pregunto qué puedo hacer con ella delata mi gran pasión por los proyectos vitales, principalmente aquéllos que contribuyen a algo que tenga que ver con las personas.

Ese revoloteo desordenado sin canalizar ha hecho que a lo largo de los años hayan ido cobrando vida los sueños y hayan irrumpido en mi presente como si siempre hubieran vivido aquí, conmigo.

Mi deseo era montar un hotel con encanto. ¿Acaso no hay lugares en los que el silencio, el olor a piedra, el eco, el agua, el frío o el sol despiertan en uno un algo que está...pero muy adentro? Me pasa en la Alhambra o en un monasterio, también en el mar. Yo quería crear uno de esos espacios en los que las personas vienen a asomarse.

En unas fantásticas vacaciones a Marruecos, decidimos casualmente pasar noche en Tetuán, casualmente también salió a mi paso una casa típica tetuaní que me pareció una maravilla absoluta. Estaba en venta. Preciosa, blanca, con su patio, su jardín, su azotea, su zaguán. Acudió a mi paso y lo desordenó todo cuando ya no la buscaba.

Al cabo de un mes volví, la vi, la paseé, me senté en cada escalón. Para mi tranquilidad me repetí una y otra vez: "¿quizás como inversión sin pensar más allá?". 6 meses más tarde y tras una larga negociación firmaba la escritura y 2 meses después dejaba mi trabajo. ¡Manos a la obra!

miércoles, 7 de enero de 2009

LOS PEQUEÑOS TESOROS

Conocer la casa es otro proceso, cuanto más la paseo más cosas descubro...A parte de una serie de baúles preciosos que voy a intentar restaurar (y digo intentar porque las manualidades no son lo mío...así que no me acabo de imaginar con un pincelito en la mano pintando cenefas, aunque me gustaría...ya veremos), hemos encontrado también una máquina de coser antigua que es una maravilla.

Excavando en el suelo del jardín he podido ver el suelo original que ha quedado enterrado por arena y por otras baldosas colocadas encima a posteriori. Se trata de unos hexágonos de barro totalmente artesanales, ojalá podamos recuperar algo de eso...

Dentro de la casa y debajo del cemento y de otros azulejos hemos encontrado una pequeña reliquia de zellige muuuuyyyy antiguo y precioso aunque bastante irrecuperable.

Por último (de momento) al descubrir las columnas, bajo el revestimiento y la pintura, hay una especie de tocho visto que en vez de ser rectangular es ¡redondo! Los entendidos no acaban de creerlo ¿tocho redondo? por eso adjunto una foto que lo corrobora....

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