Aunque en mi familia nos dediquemos a esto....yo personalmente nunca me había visto en la aventura de enfrentarme a una obra...Para mí, palabras como encofrado, enfoscado, alicatado, mallazo, silestone, pegolán, microcemento o tela asfáltica...se tenían que convertir en mi vocabulario casi habitual, tarea difícil. Acababa de empezar el primer hito para conseguir el permiso: Diseñar el plano de rehabilitación, tarea que se complica si el arquitecto es tu hermano mayor....
A un año vista de que se abriera Blanco Riad yo tenía la sensación de tener que escoger si el suelo iba a ser de mármol, madera o cartón piedra, si los baños iban a tener bañera o ducha, si la azotea iba a estar destinada a un increíble chill out o en ella iba a poner las máquinas del aire acondicionado ¡Qué presión! Por suerte me fui dando cuenta que podía decir cualquier cosa...que el papel lo aguanta casi todo...Y una vez tuvimos los planos....Empecé a sentirme como una tetuaní, ya que hice todas las colas que puede hacer un tetuaní en las distintas instituciones públicas, toda una aventura!
Hay que reconocer que el proceso podría haber sido un poco más largo, contando que me ha pillado el ramadán, las fiestas que hay después del ramadán y las vacaciones del alcalde. Y que me siento halagada porque creo que la Comisión Técnica de Urbanismo no se había reunido tantas veces en su historia...desde un punto de vista de estrategia comercial....no está mal...