INSPIRACIÓN Y REALIDAD. EL PROYECTO

INSPIRACIÓN Y REALIDAD. EL PROYECTO
La historia viene de muy atrás, como las grandes historias de cada uno. Nos creemos que las historias se forjan en un momento y sin embargo son el fruto de mil momentos de inspiración, conscientes e inconscientes, que duran un segundo pero se instalan para siempre.

La sensación de sostener la vida con mis manos y sonreir mientras me pregunto qué puedo hacer con ella delata mi gran pasión por los proyectos vitales, principalmente aquéllos que contribuyen a algo que tenga que ver con las personas.

Ese revoloteo desordenado sin canalizar ha hecho que a lo largo de los años hayan ido cobrando vida los sueños y hayan irrumpido en mi presente como si siempre hubieran vivido aquí, conmigo.

Mi deseo era montar un hotel con encanto. ¿Acaso no hay lugares en los que el silencio, el olor a piedra, el eco, el agua, el frío o el sol despiertan en uno un algo que está...pero muy adentro? Me pasa en la Alhambra o en un monasterio, también en el mar. Yo quería crear uno de esos espacios en los que las personas vienen a asomarse.

En unas fantásticas vacaciones a Marruecos, decidimos casualmente pasar noche en Tetuán, casualmente también salió a mi paso una casa típica tetuaní que me pareció una maravilla absoluta. Estaba en venta. Preciosa, blanca, con su patio, su jardín, su azotea, su zaguán. Acudió a mi paso y lo desordenó todo cuando ya no la buscaba.

Al cabo de un mes volví, la vi, la paseé, me senté en cada escalón. Para mi tranquilidad me repetí una y otra vez: "¿quizás como inversión sin pensar más allá?". 6 meses más tarde y tras una larga negociación firmaba la escritura y 2 meses después dejaba mi trabajo. ¡Manos a la obra!

martes, 21 de abril de 2009

TERCERA VISITA DE OBRAS




Ésta ha sido la más intensa de las visitas de obras. Se han dejado definidos los aspectos clave para ir a la fase II: Los acabados. ¿Os acordáis del dilema que teníamos en la segunda visita de obras Sí...sobre el suelo. Cabía la posibilidad de tener que restaurar el zellige (los mosaicos chiquititos). Eso suponía alargar muchísimo la obra, mayor gasto y el no tener la seguridad de que eso iba a quedar bien. Finalmente, el arquitecto ha llegado a un acuerdo con la comisión técnica: Vamos a cubrir con un vidrio algunos detalles del suelo (por ejemplo los rosetones) y el resto va a ser de madera ¿y por qué madera? porque es el único suelo que no requiere cemento u otro material que destruya lo que hay debajo, con lo que conseguimos 3 objetivos: Preservar el suelo que hay debajo, mostrar a través del vidrio y compartir con nuestros huéspedes la maravilla del zellige y lograr una estética cálida y bonita a través de la madera. Se trataba de ser respetuosos con el pasado, el presente y el futuro. 

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