INSPIRACIÓN Y REALIDAD. EL PROYECTO

INSPIRACIÓN Y REALIDAD. EL PROYECTO
La historia viene de muy atrás, como las grandes historias de cada uno. Nos creemos que las historias se forjan en un momento y sin embargo son el fruto de mil momentos de inspiración, conscientes e inconscientes, que duran un segundo pero se instalan para siempre.

La sensación de sostener la vida con mis manos y sonreir mientras me pregunto qué puedo hacer con ella delata mi gran pasión por los proyectos vitales, principalmente aquéllos que contribuyen a algo que tenga que ver con las personas.

Ese revoloteo desordenado sin canalizar ha hecho que a lo largo de los años hayan ido cobrando vida los sueños y hayan irrumpido en mi presente como si siempre hubieran vivido aquí, conmigo.

Mi deseo era montar un hotel con encanto. ¿Acaso no hay lugares en los que el silencio, el olor a piedra, el eco, el agua, el frío o el sol despiertan en uno un algo que está...pero muy adentro? Me pasa en la Alhambra o en un monasterio, también en el mar. Yo quería crear uno de esos espacios en los que las personas vienen a asomarse.

En unas fantásticas vacaciones a Marruecos, decidimos casualmente pasar noche en Tetuán, casualmente también salió a mi paso una casa típica tetuaní que me pareció una maravilla absoluta. Estaba en venta. Preciosa, blanca, con su patio, su jardín, su azotea, su zaguán. Acudió a mi paso y lo desordenó todo cuando ya no la buscaba.

Al cabo de un mes volví, la vi, la paseé, me senté en cada escalón. Para mi tranquilidad me repetí una y otra vez: "¿quizás como inversión sin pensar más allá?". 6 meses más tarde y tras una larga negociación firmaba la escritura y 2 meses después dejaba mi trabajo. ¡Manos a la obra!

viernes, 12 de diciembre de 2008

EL SUELO DE ZELLIGE


Creo que el suelo merecía un capítulo a parte (o quizás varios). Por algún motivo éste ha sido el tema al que le he dado más vueltas, entre otras cosas porque durante toda mi vida hasta hace dos meses nunca me fijaba en el suelo de los sitios. Supongo que sí que percibía frialdad, o color, o calidez....supongo. Pero lo que sí puedo asegurar es que no era consciente de la gama tan extensa que existe de cerámica, gres, mosaico hidráulico, toba, zellige, tarima, cemento pulido....La gracia que tiene Marruecos además es que puedes quedarte horas mirando como alguien con mucha habilidad "rompe" cuidadosamente un trozo de barro, le da forma de hexágono o de estrella minúscula a golpe de cincel y luego le pinta de increibles colores. Así uno detrás de otro. Este tipo de mosaico se llama "zellige". Entre los artesanos se dice que cuando una casa tenía el suelo de zellige, los albañiles que habían puesto el suelo entraban de jovencitos y salían casados, con hijos y con nietos, ya que las piecitas son tan pequeñas que ponerlas una a una supone un par de décadas si las pone uno solo. Pues bien, hay varias estancias del Blanco Riad que tienen zellige, se ve un poquito en estas fotos lo que ocurre es que está tan deteriorado que no sé si se podrá conservar. En el centro de estas dos habitaciones hay una especie de rosetón de distintos colores hecho con piezas pequeñísimas, formando distintas figuras geométricas. La idea es conservar al menos los rosetones, ponerles un cristal encima y conjugarlo con el pavimento que ponga....

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