Bien, os cuento un poco el proceso de la imagen definitiva... La cuestión ha sido jugar con las letras teniendo en cuenta todos los elementos que definen la historia de este proyecto. ¿Cómo hacer congeniar tantas cosas a la vez? El riad está en la medina de Tetuán, una ciudad marroquí tímida y conservadora. Es un palacio del siglo XVIII. A él llega una española del siglo XXI, con toda la herencia que trae consigo. Tiene que conservar elementos de lo que fue y de lo va a ser hoy. Y todo eso tiene que ir acorde. Es decir, podríamos haber hecho una imagen muy marroquí, en la que yo no tendría cabida probablemente por no tener en cuenta lo que yo puedo aportar. Podríamos haber hecho una imagen fashion, muy europea, propia de los típicos lounges...con lo que me daría la sensación de que puedo estar en Tetuán como en Berlín. Hemos intentado hacer congeniar a las dos. "BLANCO" es el espíritu que yo quiero dar al proyecto (Blanco en todos los sentidos: en sobriedad, en sinceridad en los materiales, en los elementos como el agua, la luz, simples pero inefables...etc) Así que la mejor expresión de Blanco es la que véis como tercera opción. Lo mismo pasa con "RIAD". Riad es la palabra que me da Tetuán, Marruecos, la medina, tiene que tener detalles de caligrafía árabe. La primera opción era poner la tipografía muy árabe pero entonces se alejaba mucho del concepto global de Blanco Riad. Así que hicimos una evolución de RIAD realizando un proceso de tipografía occidental minimalista a tipografía occidental con detalles caligráficos árabes. De ahí que evolucionen la R y la D y que además tengan un trazo imperfecto... Al final...o te gusta o no te gusta....pero parece coherente.
INSPIRACIÓN Y REALIDAD. EL PROYECTO
La historia viene de muy atrás, como las grandes historias de cada uno. Nos creemos que las historias se forjan en un momento y sin embargo son el fruto de mil momentos de inspiración, conscientes e inconscientes, que duran un segundo pero se instalan para siempre.
La sensación de sostener la vida con mis manos y sonreir mientras me pregunto qué puedo hacer con ella delata mi gran pasión por los proyectos vitales, principalmente aquéllos que contribuyen a algo que tenga que ver con las personas.
Ese revoloteo desordenado sin canalizar ha hecho que a lo largo de los años hayan ido cobrando vida los sueños y hayan irrumpido en mi presente como si siempre hubieran vivido aquí, conmigo.
Mi deseo era montar un hotel con encanto. ¿Acaso no hay lugares en los que el silencio, el olor a piedra, el eco, el agua, el frío o el sol despiertan en uno un algo que está...pero muy adentro? Me pasa en la Alhambra o en un monasterio, también en el mar. Yo quería crear uno de esos espacios en los que las personas vienen a asomarse.
En unas fantásticas vacaciones a Marruecos, decidimos casualmente pasar noche en Tetuán, casualmente también salió a mi paso una casa típica tetuaní que me pareció una maravilla absoluta. Estaba en venta. Preciosa, blanca, con su patio, su jardín, su azotea, su zaguán. Acudió a mi paso y lo desordenó todo cuando ya no la buscaba.
Al cabo de un mes volví, la vi, la paseé, me senté en cada escalón. Para mi tranquilidad me repetí una y otra vez: "¿quizás como inversión sin pensar más allá?". 6 meses más tarde y tras una larga negociación firmaba la escritura y 2 meses después dejaba mi trabajo. ¡Manos a la obra!
lunes, 23 de marzo de 2009
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